Narrativas y mediaciones del melodrama: las telenovelas

 

Narratives and mediations of melodrama: soap operas

 

Narrativas e mediaes do melodrama: novelas

 

 

Christian Giovanny Miranda Gaibor I
giovanny.miranda@unach.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-9974-6018

,Jenny Maribel Zavala Enrquez II
jenny.zavala@unach.edu.ec
https://orcid.org/0009-0007-1061-6836
Andrs Leandro Rodrguez Galn III
andres.rodriguez@unach.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-5127-3832

,Hernn Patricio Pillajo Borja IV
hernan.pillajo@unach.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-9607-5247
 

 

 

 

 

 

 

 

 


Correspondencia: giovanny.miranda@unach.edu.ec

 

 

Ciencias Tcnicas y Aplicadas

Artculo de Investigacin

 

* Recibido: 30 de octubre de 2023 *Aceptado: 25 de noviembre de 2023 * Publicado: 18 de diciembre de 2023

 

        I.            Universidad Nacional de Chimborazo, Ecuador.

      II.            Universidad Nacional de Chimborazo, Ecuador.

   III.            Universidad Nacional de Chimborazo, Ecuador.

   IV.            Universidad Nacional de Chimborazo, Ecuador.

 


Resumen

El presente estudio analiza las narrativas y mediaciones del melodrama tomando como caso las telenovelas. En este sentido, se realiza un recorrido terico de revisin bibliogrfica centrada en entender categoras como mediaciones, el melodrama, la telenovela y usos sociales; categoras que permiten comprender con mayor profundidad, por un lado, cul es la dinmica de la telenovela dentro de la industria cultural y, por el otro lado, cmo este gnero de la televisin tambin se convierte en un elemento que genera ruptura con la lgica capitalista del consumismo para reflejar la cultura popular en la cotidianidad. De este modo, los principales resultados determinaron que el melodrama se convierte en el elemento indispensable para dar continuidad a prcticas que legitiman a los grupos de poder, donde los mass media se han convertido en constructores de realidades expresadas en la telenovela, pero que, sin embargo, este gnero tambin cumple otra funcin la de perpetuar los roles que el sistema establece. Se concluye, de este modo, que a pesar de que el discurso y la narrativa de la telenovela, que toma como elemento esencial el melodrama, es decir, en donde confluyen sentimientos que se identifican con las audiencias; en la prctica tambin se convierte en un fenmeno social que irrumpe con la lgica capitalista, al reflejar prcticas cotidianas de la llamada cultura popular que tambin est latente.

Palabras Clave: Mediaciones; Melodrama; Telenovelas; Usos sociales; Industrias culturales.

 

Abstract

The present study analyzes the narratives and mediations of melodrama taking soap operas as a case. In this sense, a theoretical journey of bibliographic review is carried out focused on understanding categories such as mediations, melodrama, soap opera and social uses; categories that allow us to understand in greater depth, on the one hand, what the dynamics of the soap opera are within the cultural industry and, on the other hand, how this genre of television also becomes an element that generates a break with capitalist logic. of consumerism to reflect popular culture in everyday life. In this way, the main results determined that melodrama becomes the indispensable element to give continuity to practices that legitimize power groups, where the mass media have become builders of realities expressed in the soap opera, but that, without However, this genre also fulfills another function, that of perpetuating the roles that the system establishes. It is concluded, in this way, that despite the discourse and narrative of the soap opera, which takes melodrama as an essential element, that is, where feelings that are identified with the audiences converge; In practice, it also becomes a social phenomenon that breaks with capitalist logic, reflecting daily practices of the so-called popular culture that is also latent.

Keywords: Mediations; Melodrama; TV soaps; social uses; Cultural industries.

 

Resumo

O presente estudo analisa as narrativas e mediaes do melodrama tomando como caso as telenovelas. Nesse sentido, realizado um percurso terico de reviso bibliogrfica focado na compreenso de categorias como mediaes, melodrama, novela e usos sociais; categorias que permitem compreender com maior profundidade, por um lado, quais so as dinmicas da novela dentro da indstria cultural e, por outro lado, como esse gnero de televiso tambm se torna um elemento gerador de ruptura com a lgica capitalista .do consumismo para reflectir a cultura popular na vida quotidiana. Desta forma, os principais resultados determinaram que o melodrama se torna o elemento indispensvel para dar continuidade s prticas que legitimam grupos de poder, onde os meios de comunicao de massa tornaram-se construtores de realidades expressas na novela, mas que, sem No entanto, este gnero tambm cumpre outra funo, a de perpetuar os papis que o sistema estabelece. Conclui-se, desta forma, que apesar do discurso e da narrativa da novela, que toma o melodrama como elemento essencial, ou seja, para onde convergem sentimentos que se identificam com os pblicos; Na prtica, torna-se tambm um fenmeno social que rompe com a lgica capitalista, refletindo prticas cotidianas da chamada cultura popular tambm latente.

Palavras-chave: Mediaes; Melodrama; Sabonetes televisivas; usos sociais; Indstrias culturais.

 

Introduccin

Las mediaciones como procesos forjadores del control social

En palabras de Martn Barbero un proceso de mediacin surge cuando un objeto humano (sea este material o inmaterial) se relacionan con objetos mediante un proceso de interpretacin de la realidad que dirige los comportamientos y las acciones, mediando siempre un proceso cognitivo (1977, 2). Bajo esta lgica, la dinmica con la que se manejan los medios de comunicacin est dada por ser constructores de realidades, cuya mediacin establecida introduce un modelo de orden en la informacin para ofrecer una visin estable del mundo con fines de control social (Martn Barbero 1974, 177); cuya influencia es indudablemente ms persistente que aquellos agentes de formacin como la escuela, la familia o la iglesia.

En este sentido, para Martn Barbero (2001) los mass media como parte de la llamada industria cultural, reconoce que se han constituido en esos espacios clave para condensar las diferentes redes de poder como de produccin cultural, cuyos imaginaros sociales construidos se lo hace en funcin de dispositivos de poder que ante la sociedad poseen legitimidad y reconocimiento, y que al interactuar unos con otros se va forjando dicha legitimidad.

Tal es el caso de la televisin, especialmente, que se ha constituido en un medio para construir realidades determinando, en gran parte, qu es adecuado o no, qu es bueno o malo; por cuanto, su funcin no se centra exclusivamente a informar o a entretener, sino que se dirige casi exclusivamente a construir sentidos y transportar significados adquiriendo, con ello, un poder simblico que en palabras de Velsquez (citado en Mayorga 2013, 40) tienen en sus manos la posibilidad de elaborar y aplicar realidades mediticas funcionando as como agencias constructoras de imaginarios sociales en funcin de los intereses de una clara minora.

Como seala Araya (2002) en la Teora de Representaciones Sociales, la construccin social y la comunicacin son esenciales, y es por eso que, el tringulo psicosocial entre ego (sujeto), lter y objeto es central para explicar la construccin -y reconstruccin- de las representaciones sociales. En este esquema, "objeto" es aquello sobre lo que se construye la representacin social, lo que se busca comprender y que forme parte de la realidad del individuo. lter se refiere a las fuentes de informacin con las que el "sujeto" interacta, dando como resultado la construccin, modificacin o actualizacin de las representaciones sociales.

Es decir, aunque los usuarios estn expuestos a las mismas fuentes de informacin, no todos entendern de la misma forma el contenido y le otorgarn el mismo significado, (Orozco, 1991); esto se debe a lo que sealado en los estudios culturales de audiencia, las mediaciones, siendo estas las instancias estructurales y propias de los miembros de la audiencia, que configuran particularmente el entendimiento y significacin que realizan de los mensajes, as como la recepcin de estos.

Orozco (1991) habla que las mediaciones pueden ser: las individuales, como: gnero, edad, nivel de conocimiento, bagaje cultural, educacin, nivel socioeconmico; institucionales, como: familia, religin, trabajo, escuela, medios de comunicacin; situacionales, es decir el espacio y tiempo de recepcin, as como las tecnologas que permiten la transmisin del mensaje. Todas estas mediaciones influyen en la forma en que se negocia el mensaje.

Dentro de los estudios culturales de audiencia, hay otro concepto que se debe abordar, el de representacin. Segn Barker (2008, 11), los textos, como forma de representacin, son polismicos. Es decir, contienen la posibilidad de un nmero de diferentes significados que son creados por los lectores, quienes les dan vida a las palabras e imgenes. Es decir, en palabras de Baker, esta caracterstica genera la posibilidad de una audiencia activa, no ineptos culturales, sino que cada individuo se convierte en productor activo de significados desde sus propios contextos culturales.

Bajo esta perspectiva, el rol que cumplen los mass media o llamados tambin medios de comunicacin frente a la construccin de realidades no es inocente, en tanto, al ser productores de significados y realidades imponen la lgica dominante de una minora al buscar reproducir y reforzar ideologas, normas sociales desde el discurso hegemnico que establece la legitimidad y el sentido de los diversos estilos de vida, de las costumbres, actitudes y mentalidades que parecen manifestar [] (Angenot 2010, citado en Villa 2015, 61-62).

Entindase as que las mediaciones se convierten en aquellos objetos capaces no solo de construir realidades, sino especialmente generar control social sobre la base de imaginarios sociales aceptados por la sociedad, donde para Martn Barbero (2001, 18), confundir la comunicacin con tcnicas y medios resulta un ejercicio deformador como pensar que ellos son exteriores y accesorios a (la verdad de) la comunicacin. Lo mismo sucede, a su decir, el confundir la industria cultural con la rentabilidad del capital degradando, en este sentido, la cultura hacia la industria de la diversin llegando, incluso, a banalizar la vida cotidiana.

La lgica del melodrama dentro del sistema mercantil

Dentro del mbito del melodrama surge como principal ingrediente las emociones que en palabras de Larrosa (2020) se introducen los lenguajes de los sentimientos, en cuyo lenguaje existen claras manifestaciones no verbales que se acompaan y se construyen como en todo lenguaje relaciones de poder que se imponen.

As para Larrosa (2020, 2), contrario a constituirse el melodrama como un gnero, llamado por algunos hipergnero o gnero fantasma, es ms bien como un modo de representacin. Algo as como un modo de dramatizacin o de puesta en escena caracterizado por una cierta desmesura sentimental que puede impregnar cualquier gnero artstico o no artstico, y que en palabras de Martin Barbero ha pasado a dominar el mal gusto, la vulgaridad y la exageracin pero que, sin embargo:

Reconocer el melodrama como gnero con historia propia implicar ubicar esa categora ms all de la crtica literaria, en el mbito de estudio de las matrices culturales, que es al que se halla ligada la oposicin entre relato de gnero y relato de autor, esto es, al funcionamiento social de los relatos, un funcionamiento culturalmente expresivo de las diferencias y socialmente operador de discriminaciones (1992, 39).

En efecto, la materia prima del melodrama est dado por sentimientos que expresan lo desmesurado, lo excesivo y ubicuo en Larrosa (2020), donde existe la bsqueda permanente de la felicidad pasando por situaciones conflictivas altamente traumticas para alcanzarla; representando, de este modo, el sufrimiento humano que acta contrario a la razn, la sensatez y la cordura y que a su decir, no es tanto esa explosin de emociones en las que hacen su esencia, sino la escenificacin de los sentimientos, por tanto, la crtica no se centra tanto en ese confluir de sentimientos como el amor, el odio, la traicin sino especficamente en la exageracin que cae en la banalidad que es representada en cada escena, lo que lleva a construir realidades, donde:

La complicidad con el nuevo pblico popular y el tipo de demarcacin cultural que ella traza son las claves que nos permiten situar el melodrama en el vrtice mismo del proceso que lleva de lo popular a lo masivo: lugar de llegada de una memoria narrativa y gestual populares y lugar de emergencia a ser objeto de una operacin de borradura de las fronteras que arranca con la constitucin de un discurso homogneo y una imagen unificada de lo popular, primera figura de la masa (Martn Barbero 1992, 41).

Por tanto, no es de extraarse la afirmacin que Monsivis (citado en Larrosa, 2020) hiciera sobre el melodrama, al entenderlo como una verdadera atmsfera formativa, es decir, adiestrar a la audiencia sobre lo que es bueno y lo que es malo o determinar el modelo ideal de un hogar o una familia, cuya lgica del melodrama confluye en una sociedad de masas donde trabaja la industria cultural enfocada en el entretenimiento como en el consumismo pero, esencialmente, para controlar a las masas, cuyas formas culturales construidas por la clase burguesa son elaboradas precisamente para educar a las audiencias, su destinatario predilecto.

Como se manifiesta, en el trabajo clsico de Marshall McLuhan (1964), los medios de comunicacin son un poder importante en el espacio individual, familiar y social; pues se convierten en mediadores polticos que canalizan y crean opinin pblica. Tambin se convierten en instrumentos de cultura y vehculos de difusin de obras culturales; es decir, a travs de ellos, los individuos perciben el mundo que los rodea. De esta forma, los medios son clave en el mantenimiento del sistema y sus diferentes mecanismos internos.

Pues como lo seala Harold Lasswell (1948) una de las funciones de los medios es la "Transmisin de la herencia cultural", una funcin educativa. Esto es, la transmisin de la cultura de generacin en generacin, hacia otros grupos sociales y hacia fuera de las fronteras. Los medios de comunicacin no solo interpretan el significado de los acontecimientos y lo emiten a la comunidad, a travs de las noticias; sino que transmiten informacin sobre la sociedad misma, su historia como unidad social, sus errores, sus aciertos, sus normas y valores. En este marco, los medios y los melodramas que transmiten se convierten en transmisores y perpetuadores del sistema, sus divisiones, los roles de cada individuo e incluso las divisiones que marcan la esencia misma del sistema.

La telenovela: reproductor de normas y conductas y como parte de la llamada cultura bastarda

Una clara expresin del melodrama est dada en la telenovela, un espacio en el que confluyen una serie de emociones con una mezcla de escenas que representan la cotidianidad en funcin de una realidad estereotipada, y que es narrada bajo la lgica de personajes que se debaten entre el bien y el mal, entre el odio y el amor apelando constantemente a esa fibra emocional de las audiencias.

Como sealada Lara (2012) el amor telenovelado se traduce en la eterna bsqueda de la felicidad, hito-utopa histrico de lo humano, es minimizada en su expresin para ser vaciada y representada al telespectador en su exclusiva operacin del amor. La felicidad slo existe en el amor, de este modo, y si se le obtiene, entonces se es feliz y ya, nada ms, ningn otro componente de la vida ni de la social.

En este sentido, para Larrosa (2020, 16) la telenovela es la forma popular que encarna el melodrama como si la telenovela fuera un espejo en el que grandes masas de poblacin pueden reconocer el reflejo de sus propios movimientos emocionales [...] llevando a cabo un show con una serie de emociones, o dicho en otras palabras, el gran espectculo de los sentimientos que en la prctica se convierten en instrumentos para producir modelos, estereotipos, normas socialmente aceptadas, y que a decir de Gmez (2007), los medios de comunicacin son los encargados de reproducir estos formatos mediticos bajo una lgica popular, es decir, su modo de ver y ser, con aquellas expresiones construidas por las clases sociales y grupos.

As la telenovela que se enmarca en el gnero audio-narrativos toma como punto central el sentimiento que afloran en los personajes, pero, que, en esencia, es un producto meditico con tendencia a forjar esa cultura de masas que privilegia el consumismo. Es aqu cuando las investigaciones llevadas a cabo por Martn Barbero sobre el estudio de la cultura popular, ms especficamente, de entender por qu razn las personas disfrutan aquello en lo que los intelectuales no encuentran inters, le llev a profundizar sobre la telenovela en Colombia.

Su inters fue comprender cmo se articulan las intenciones comerciales de su produccin con las lgicas culturales de su consume (Jaime 2013, 173) llegando a concluir, entre otros puntos, que el melodrama se constituye en esa frmula comercial clave, puesto que en la prctica conlleva a acciones manipuladoras de sentimientos como la risa, la tristeza o el miedo.

Pero por esa misma razn [...], la empata y la seduccin que la telenovela suscita entre los sectores populares, o sea, entre las mayoras, es directamente proporcional al asco y al rechazo que produce entre las lites, porque para los crticos ms ilustrados, la telenovela no alcanza ni siquiera el estatuto de ficcin (Jaime 2013, 174).

Vista as, y desde la posicin de los crticos de telenovelas, se asume como basura audiovisual, pero que a decir de Larroasa (2020), si bien es cierto contiene aspectos estticamente vulgares, y si bien es verdad que estas apreciaciones deriven de un carcter popular como femenino proveniente de sectores socialmente inferiorizados:

Sin embargo, no se puede olvidar que las relaciones entre lo culto y lo popular, entre lo culturalmente alto y lo culturalmente bajo, son ms complejas de lo que habitualmente se piensa. Y que constantemente se producen fenmenos de asimilacin de elementos populares por parte de la cultura culta, y fenmenos de uso de elementos culturalmente sofisticados en el interior de la cultura popular (Larrosa 2020, 17).

En definitiva, as como la telenovela se ha convertido en ese espacio reproductor de estereotipos, donde se determina que el ingrediente principal es el melodrama que representa una realidad construida y, por ella, obtiene gran xito la lgica del consumismo; por otro lado, se convierte en ese espacio donde forma parte de las llamadas culturas bastardas porque se interesa en las culturas bastardas esas que dan cuenta de lo impuro e incestuoso y, sobre todo, en ese pecado moderno llamado la industria cultural (el gusto bastardo) (Amado y Rincn 2015, 29).

Es decir, como menciona Lara (2012) lo que hacen las telenovelas no es otra cosa que explotar la tpica lucha del bien contra el mal, en la que, por fuerza y para ganarse al pblico, no hay otra salida, el bien debe ganar contra el mal. Aunque esto muchas veces est muy distante de suceder por fuera de estos telemelodramas, en la vida real (no en la televida) para el gran pblico.

La telenovela y los usos sociales

Las telenovelas en su arranque fueron un factor de integracin familiar, pues los miembros y hasta invitados se reuna alrededor del aparato para presenciarlas. Lo que permita fomentar una unin, compartir e incluso se convirtieron en un momento esperado durante el da para distraerse todos juntos.

Por ello, dentro del tema de los usos sociales, para Gonzlez (citado en Drake y Machado 2013), la telenovela es un fenmeno social que facilita la interaccin y el contacto familiar, donde como experiencia cultural es vivenciada como un universo fragmentado que se encuentra en la memoria, acompaa el dilogo permanente y no desaparece con cada captulo que se presenta en el da a da, sino que trasciende en el discurso despus de proyectarse; por tanto,

La indagacin sobre los usos debe tomar en consideracin la propia ambigedad del trmino. Si bien la palabra "usos" es asociada a las costumbres, procedimientos estereotipados o modos de hacer; cuando se habla de usos se hace referencia al reconocimiento de las acciones con formalidad y creatividad propias que se organizan y ubican en esa produccin que es inherente al consumo (Drake y Machado 2013, 3).

En este sentido, la telenovela cumple una funcin social marcada por un carcter meditico donde los usos sociales de la televisin tienen que ver con que las audiencias ven en este medio de comunicacin como ese espacio que les permite satisfacer sus necesidades, pero tambin para evadir su realidad escapar de los problemas: un escenario ideal que la telenovela les provee.

Hay evidencias de identificacin con personajes, situaciones y modos de narrar. Como reconocimiento, porque la familia se ve en el texto, sus personajes y conflictos, los que son defendidos y comprendidos o negados y criticados. Tambin como expresin de la superacin de los conflictos, que va ms all del reconocimiento presente y pasado y alude a la propia esperanza de cambio (Alfaro 1988, 246).

Dentro de la investigacin realizada por Martn Barbero (citado en Morags, Terrn y Rincn 2017), sobre los usos sociales de la telenovela, le han llevado a profundizar sobre cmo entender el xito de este gnero al alcanzar amplio rating, incluso, en pases del llamado primer mundo y que, a su decir, explica las nuevas configuraciones donde se constituye la identidad en las sociedades modernas.

Deja entrever as que los relatos con un alto contenido de melodrama conllevan situaciones en las que se asemeja a realidades de la poblacin que las observan, por ejemplo, campesinas migrantes, recin llegadas a la ciudad y poseedoras ellas tambin de mltiples identidades paralelas: la identidad que muestran al llegar a la ciudad y la de su verdadero origen, la de quien se ven obligadas a ser y la de aquellas en quienes se van convirtiendo Martn Barbero (citado en Morags, Terrn y Rincn 2017, 34). En este sentido, para Alfaro (citado en Drake y Machado 2013), los usos sociales de la telenovela se convierten en ese espacio de conformacin de identidades bajo nuevas formas de participacin, recepcin y significacin de la hegemona, pero desde lo popular.

Adems, la telenovela permite la construccin estereotpica de lo masculino y lo femenino, como es obvio, se establecen las normas de comportamiento, conductas y actitudes que la sociedad permite y promueve para uno y otro gnero, pero tambin censurando la transgresin del rol (tanto para los varones como para las mujeres). (Menndez, 2008, p.59). As, situaciones y personajes ficticios en el cine y la televisin guan la percepcin que los sujetos tienen sobre s mismos, con respecto a su comunidad y su historia; sirviendo de vehculo al reconocimiento en el grupo, en la herencia cultural y la historia, as como su rol en el sistema y su papel dentro de la estructura perpetuada por los medios y los melodramas. (Huguet, 2016, 23).

De esta forma, los melodramas en los que se basan las novelas se convierten en un espejo de las realidades e incluso los estereotipos que vive la poblacin en general, la mayora de la sociedad. Creando un reflejo de su vida en la pantalla, atrayndolos a consumirlos y aorar que lo idlico del melodrama se convierta en realidad. De esta forma, los distrae de los temas verdaderamente importantes, as como la posibilidad real de realizar actividades ms benficas para ellos y su progreso, manteniendo y perpetuando as el sistema.

 

Conclusiones

Durante el recorrido terico que se ha hecho en funcin de categoras como melodrama, telenovela y mediaciones conlleva a entender dos aspectos esenciales en este proceso. Por un lado, cmo a partir del melodrama las telenovelas han tenido gran xito, al reproducir emociones como el odio y el amor, el eje central de su narrativa; bajo un discurso cuya intencin no es solo forjar el consumismo sino, ante todo, generar un control social sobre las masas.

Para ello, ha sido de gran utilidad reproducir aquellos pasajes que identifican con las vivencias de la cotidianidad de los pblicos que, en muchos de los casos, se ven identificados con los personajes principales; donde para Drake y Machado (2013), el hogar se ha convertido en el lugar privilegiado para interactuar con este gnero televisivo asignndole nuevamente la repeticin de apropiacin de la telenovela pero tambin de evasin de la realidad encontrando as en las telenovelas un espacio que se satisface en su consumo y su uso, con su amplia capacidad para entretener que conlleva a los pblicos al disfrute, al esparcimiento como a la gratificacin. As reflejados en el xito televisivo mundial de novelas como: Betty la fea, Xica da Silva, Doctor Milagro, entre otras.

Por el otro lado, el aporte de Martn Barbero ha permitido entender cmo la televisin ha generado un gran impacto ideolgico como espacio, por ejemplo, para la transformacin cultural, donde su gnero: la telenovela, vista como un texto dialgico, existe un intercambio entre actor y lector que se confunde entre el relato y la vida, donde mezcla datos de la realidad con la ficcin y que, a su decir, esta confusin halla espacio la lgica mercantilista.

Adems, el terico considera que este tipo de gnero ha sido menospreciado por los intelectuales, en tanto la telenovela aflora sentimientos populares de la poblacin latina, donde si bien es cierto es ese espacio para construir estereotipos, tambin se convierte en un medio para que afloren las llamadas culturas bastardas segn Amado y Rincn (2015) que, en esencia, reflejan actuaciones impuras, incestuosas y del que irnicamente tambin ha atrapado la mirada de la clase alta.

En definitiva, al ser la telenovela un fenmeno cultural mediatizado irrumpe con una narrativa que refuerza, por un lado, la lgica mercantilista del consumo, pero esencialmente el control social y, por el otro, representa las expresiones de la clase popular y que tambin divulga problemticas sociales. Sin embargo, es esencial entender que, en ese proceso de mirar la telenovela, la audiencia debe tener la suficiente capacidad crtica para diferenciar, de hecho, aquellos aspectos que reproducen conductas, costumbres hegemnicas que genera la llamada industria cultural, para que la telenovela asuma una posicin que interrumpa ese esquema mediatizado y reproductor de estereotipos, por otros espacios que promuevan la igualdad, la equidad y la inclusin.

 

Referencias

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